Antes de nacer se produce un aporte continuo de glucosa de la madre al feto a través del cordón umbilical desde la placenta, esto hace que los niveles de glucosa del feto se mantengan estables. Tras el nacimiento, se produce un cese de dicho aporte continuo de nutrientes, siendo necesario que el metabolismo del recién nacido se adapte a esta nueva situación.
En este contexto, en las horas posteriores al nacimiento, en los recién nacidos sanos la glucemia desciende para después volver a aumentar y mantenerse constante. Entran en juego varias hormonas entre ellas la insulina y el glucagón del recién nacido así como el aporte de glucosa mediante la lactancia.
En torno al 10% de los recién nacidos sanos presentan hipoglucemia durante las primeras 24-48 horas de vida. Se conoce como hipoglucemia neonatal (en recién nacidos). No hay una definición exacta de hipoglucemia neonatal en cuanto a establecer las cifras por debajo de las cuales se considera bajo. Aquí el punto de corte no es el que conocemos de la definición de hipoglucemia en niños y adultos con diabetes. En el caso de los recién nacidos, se suele establecer por debajo de 47-50 mg/dL de glucemia. Igualmente, pueden producirse cifras bajas de glucemia sin que se asocien síntomas.
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