A lo largo de su evolución y conforme las cifras de hiperglucemia se van haciendo más elevadas, los síntomas pueden ir apareciendo. Esto sería consecuencia de un peor funcionamiento o de una menor producción de insulina. Por otro lado, en el caso de la diabetes tipo 1, como hay una destrucción de la célula β pancreática, el déficit de insulina es mucho mayor incluso absoluto produciendo casi desde el comienzo de la enfermedad síntomas.
El origen de la palabra diabetes nos orienta acerca de dichos síntomas. Proviene del griego y del latín significando “pasar a través de” en el sentido de que en esta enfermedad el agua “pasaba” por el cuerpo siendo rápidamente eliminada por la orina en grandes cantidades, como si se tratase de un sifón o una fuente. Por otra parte, el término mellitus hace referencia a la “miel” y es debido al sabor dulce que produce la excesiva presencia de glucosa en la orina (glucosuria).
Síntomas para detectar a tiempo la diabetes
Conociendo su origen podemos detallar los que, clásicamente, se han descrito como síntomas de la diabetes y estos son:
Orina en grandes cantidades: poliuria
Exceso de sed: polidipsia
Exceso de hambre y necesidad de excesiva ingesta: polifagia
Pérdida de peso.
Estos síntomas son conocidos como la clínica cardinal de la diabetes.
Todo ello tiene un sentido si recordamos el origen del problema: hay insulina en cantidad insuficiente o con un funcionamiento alterado que produce hiperglucemia crónica. Esta glucosa en sangre no puede pasar adecuadamente a las células por lo que “se acumula” en la sangre. Al llegar la sangre con su exceso de glucosa al riñón, se acaba perdiendo por la orina gran cantidad de glucosa porque su capacidad para reabsorberla se ve desbordada. Con esta pérdida de glucosa se arrastra gran cantidad de agua: se produce orina “dulce” (glucosuria) en grandes cantidades (poliuria).
En el organismo, al haberse perdido tanta agua por la orina, se activa el mecanismo de la sed para intentar compensar esta pérdida, por lo que hay mucha sed y necesidad de beber mucha cantidad agua (polidipsia). Por otro lado, como la glucosa no pasa adecuadamente a las células para ser utilizada, en el cuerpo se desencadena el estímulo del hambre y la necesidad de comer grandes cantidades (polifagia).
Sin embargo, como el “combustible” que es la glucosa no acaba siendo adecuadamente utilizado (por la alteración de la insulina) se puede llegar a producir una pérdida de peso, por la pérdida de calorías que hay por la orina así como el hecho de que la glucosa no pueda ser utilizada por el metabolismo.
Si esta situación se perpetúa, y cada vez la reserva de insulina es menor o prácticamente nula, pueden llegar a producirse complicaciones agudas graves de la diabetes como es la cetoacidosis diabética, que se produce sobre todo en la diabetes mellitus tipo 1 y en muchas ocasiones es cómo se diagnostica la enfermedad en algunos pacientes.
Para cualquier duda sobre diabetes, consulte siempre con su profesional sanitario.
Dra. Mª Ángeles Velez
Médico Especialista Endocrinología y Nutrición
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