¿Qué es la diabetes mellitus?
La diabetes mellitus, más conocida simplemente como diabetes, es una enfermedad que se caracteriza por tener niveles elevados de glucosa en sangre. A esta elevación de glucosa se le llama hiperglucemia. Esta situación de hiperglucemia mantenida es el resultado de defectos a nivel de la secreción o funcionamiento de una hormona, la insulina.
La insulina se produce en el páncreas. Concretamente, se produce en un tipo de células del páncreas llamadas célula β (célula beta). La principal función de la insulina es mantener unos niveles adecuados de glucosa en sangre (glucemia). Para ello, en el organismo hay una secreción de insulina “basal”, estando en ayunas y, además, cada vez que comemos, se producen una serie de señales en el organismo que conllevan la secreción de una cantidad extra de insulina para cubrir esa glucosa o hidratos de carbono que hemos ingerido.
Esta insulina sirve para que la glucosa que está en la sangre pueda introducirse adecuadamente en las células del organismo y ser utilizada por estas en las distintas funciones vitales (metabolismo).
En el caso de la diabetes hay una hiperglucemia mantenida, crónica, porque, debido a diversas causas, la cantidad de insulina que ha producido el páncreas o su acción no ha sido suficiente o es inadecuada para mantener la glucemia en unas cifras apropiadas.
Pero ¿por qué es tan importante que no se produzca esta hiperglucemia mantenida? En diversos estudios se ha observado que la hiperglucemia que hay en la diabetes tiene efectos nocivos en las células. A nivel celular en situación de glucemia elevada crónica, se producen efectos tóxicos que, a mediano y largo plazo, conlleva alteración en la estructura y función de los vasos sanguíneos localizados en distintos órganos.
Pueden producirse distintas enfermedades cardiovasculares (enfermedades cardíacas, cerebrales, de las grandes arterias del cuerpo, etc) así como alteraciones a nivel de vasos sanguíneos más pequeños como los que están a nivel de los ojos, a nivel renal y en las terminaciones nerviosas pudiendo alterar la sensibilidad de manos y pies.
Criterios de diagnóstico
Puesto que hemos visto que es importante detectar adecuadamente qué personas padecen diabetes para intentar evitar sus complicaciones, se han establecido una serie de criterios para el diagnóstico de diabetes. A día de hoy, según la ADA (American Diabetes Association) estos son:
Glucemia plasmática en ayunas ≥126mg/dl.
Glucemia plasmática a las 2 horas ≥200mg/dl tras una prueba de sobrecarga oral de glucosa con 75gramos.
Hemoglobina glucosilada o glicada (conocida como HbA1c) ≥6.5%. Mide la glucosa unida a la hemoglobina de los glóbulos rojos durante los 3 meses previos. En situación de diabetes, esta glucosa unida a la hemoglobina estará elevada.
Síntomas de hiperglucemia y glucemia plasmática de ≥200mg/dl.
En ausencia de síntomas, estas pruebas deberán confirmarse con la presencia de alteración en al menos dos de ellas.
Es muy importante saber que, en muchos casos, los primeros meses y años en los que una persona tiene diabetes, puede no producirse ningún tipo de síntomas, pero el daño ya está ocurriendo en el organismo. Por este motivo, es importante intentar diagnosticar de forma precoz los casos de diabetes para establecer una serie de recomendaciones y tratamiento adecuado para prevenir sus tan peligrosas complicaciones.
Para cualquier duda sobre diabetes, consulte siempre con su profesional sanitario.
Dra. Mª Ángeles Velez
Médico Especialista Endocrinología y Nutrición
Síguenos