Pueden estar presentes todos o solo algunos de los mismos, podemos recordar que estos son la poliuria (orinar mucho), polidipsia (beber en exceso), nicturia (necesidad de orinar varias veces por la noche), puede asociar enuresis (pérdida del control del esfínter urinario), pérdida marcada de peso, polifagia (necesidad de comer mucho), alteraciones del comportamiento, cansancio y visión borrosa.
Etapas y síntomas de la diabetes en niños
Últimamente, se describe que el progreso desde el inicio de la reacción de destrucción de la célula β pancreática que se observa en la diabetes tipo 1 hasta la aparición de síntomas clásicos de diabetes pasa por tres etapas distintas. En primer lugar, el estadio 1, se caracteriza por la aparición de autoinmunidad frente a la célula β con glucemia en rango de normalidad y en ausencia de síntomas.
Esto puede durar de meses a años. En el estadio 2, se observa elevación en las cifras de glucemia por encima del rango de normalidad pero continúa siendo asintomática. Finalmente, el estadio 3 se define como aquel en el que los síntomas ya son manifiestos.
En algunos casos, la diabetes se diagnostica tras un cuadro de cetoacidosis diabética como forma de debut. Es la complicación aguda más grave de la diabetes. En la cetoacidosis hay un cuadro de hiperglucemia que asocia otras alteraciones metabólicas graves como es la presencia de cuerpos cetónicos (cetosis) y una alteración en el pH sanguíneo que se sitúa más bajo de los valores normales: hay un pH ácido (acidosis) por pérdida de bicarbonato corporal.
Es frecuente la deshidratación, el dolor abdominal y los vómitos, siendo un signo típico el aliento con olor a cetona, descrito como “olor a manzanas podridas”. Estas alteraciones metabólicas conducen a un estado de bajo nivel de conciencia incluso coma. Es una emergencia médica potencialmente mortal que requiere de tratamiento hospitalario con necesidad de aporte de hidratación e insulina intravenosa en suficiente cantidad.
Diagnóstico de la diabetes en niños
Tras el diagnóstico de diabetes tipo 1 es necesaria la administración de insulina varias veces al día, porque, como ya hemos visto hay un déficit muy importante de la misma. En los días posteriores al debut generalmente la cantidad de insulina necesaria para lograr controlar las cifras de glucemia es alta, la dosis de insulina que se necesita se va ajustando hasta alcanzar la pauta más adecuada.
En algunos casos, pero no en todos, es frecuente que a las pocas semanas desde el diagnóstico e inicio de tratamiento con insulina, se observe que los valores de glucemia tienen tendencia a estar cada vez más bajos (con la misma cantidad de insulina que antes había logrado mantenerla en cifras normales). Esta situación se ha denominado tradicionalmente como “luna de miel”, es una fase en la que parece que la diabetes da “una tregua” pero en ningún caso se debe interpretar como una “curación”.
Lo que ocurre es que las pocas células β que todavía quedan secretan algo de insulina, por lo que se necesita disminuir la dosis de insulina que se inyecta. Generalmente, esta fase no dura más allá de unos meses, en los que los requerimientos de insulina van a ser menores manteniéndose unos valores de glucemia óptimos. Cuando estos persistentemente comienzan a estar elevados habrá que subir la dosis de insulina habiendo terminado esta “luna de miel” que, recordemos, no siempre está presente y que no debe interpretarse en sentido alguno como una remisión o curación.
Para cualquier duda sobre diabetes, consulte siempre con su profesional sanitario.
Dra. Mª Ángeles Velez
Médico Especialista Endocrinología y Nutrición
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