Bizcochos para diabéticos: cómo sustituir el azúcar en pastelería
1. ¿Cuál es el mejor edulcorante en la diabetes?
Un edulcorante se define como cualquier sustancia, natural o artificial, que endulza o edulcora. Hay distintas clasificaciones para los edulcorantes: naturales o artificiales y, a su vez, calóricos o acalóricos. También se pueden clasificar en función del poder endulzante comparado con el azúcar de mesa.
En cuanto a los edulcorantes calóricos, son de origen natural: la sacarosa, que corresponde al azúcar de mesa; la fructosa: presente en numerosas frutas, algunas plantas y en la miel. Son de origen artificial: azúcares modificados como el jarabe de maíz; los polialcoholes o polioles: sorbitol, xilitol, manitol, lactitol: su consumo excesivo puede producir efectos laxantes.
Dentro de los edulcorantes acalóricos, o con calorías despreciables (por la escasa cantidad que suponen en las cantidades en que se consumen), son de origen natural: la estevia (glucósidos de esteviol) y la tagatosa (procede de la lactosa), entre otros. Son de origen artificial: la sucralosa; el aspartamo, que es una fuente de fenilalanina, se utiliza en refrescos y pierde su dulzor a temperaturas elevadas; la sacarina y otros como el acesulfamo potásico, el ciclamato y el eritritol, que es un polialcohol con bajo aporte calórico.
Probablemente el mejor edulcorante sea aquel naturalmente presente en las frutas puesto que además aportan fibra y otros nutrientes. Las frutas más versátiles para aportar dulzor a los postres son: los dátiles, higos, plátanos maduros, manzanas y mango. También es ampliamente utilizada en repostería la zanahoria y la calabaza. Todos ellos aportan calorías y deben tenerse en cuenta en el contaje de raciones de hidratos. De los edulcorantes acalóricos, destaca la estevia, la sucralosa y la tagatosa, opciones además, resistentes a las altas temperaturas de horneado y que tienen mayor poder endulzante que el propio azúcar de mesa.
Síguenos